Abastecimiento de gas a Europa

El Nord Stream 1 no es el único gasoducto que proporciona gas natural a Europa.

Los campos de gas en Azerbaiyán, el Mar del Norte y el norte de África también son fuentes clave de energía para el continente.

Muchos países europeos también importan gas natural licuado por barco, y EEUU ahora envía más gas superenfriado por barco que Rusia por gasoducto.

Rusia tiene capacidad para enviar 1,76 millones de gigavatios hora de gas al día, según la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transporte de Gas. Las rutas clave incluyen el oleoducto Gazela, que atraviesa República Checa, y el oleoducto Yamal-Europa, que va desde Siberia occidental hasta Alemania.

Pero la Unión Europea también ha trabajado en iniciativas para reducir su dependencia del gas ruso. Los gasoductos Trans-Anatolian y Trans Adriatic, terminados en 2018 y 2020 respectivamente, suministran gas desde Shah Deniz (Azerbaiyán) a Grecia, Italia y Turquía.

La UE también importa gas de los yacimientos de gas del Mar del Norte, que son territorio de Noruega y Reino Unido. Bélgica, Francia, Alemania, Países Bajos e Irlanda reciben gas a través de redes que incluyen Europipe-II y el sistema de gasoductos Forties.

Mientras, Italia y España importan gas de países del norte de África, incluido el centro de gas natural argelino de Hassi R’Mel.

 

 

Distribuidores de Gas a España

 

El 40% del total de gas que llega a Europa lo hace desde Rusia, aunque en el caso de España, nuestro país importa gas principalmente por los gasoductos que llegan del norte de África, sobre todo de Argelia.

Buena parte del gas procedente de Argelia se transportaba hasta ahora a España vía Marruecos a través del gasoducto Magreb-Europa, pero a raíz de la ruptura de relaciones entre los dos países el pasado 24 de agosto, el Gobierno Argelino desveló que el suministro se haría a través del gasoducto Medgaz, que une al país norteafricano con España.

El 46,9% del gas que llega a España se importa a través de gasoducto y el 53,1% restante como Gas Natural Licuado (GNL).

Como decimos, Argelia es históricamente el país de origen desde el que España importa más gas desde que hay registros. Sin embargo, en enero de 2022 Estados Unidos se colocó como el principal país de origen del gas que llega a España.

 

 

España cumple los objetivos de almacenamiento de gas, planteados por la UE

La Comisión Europea quiere llegar al invierno con las reservas de gas suficientes para afrontar con garantías un posible cierre del grifo ruso, pero España ya se ha ido de vacaciones de verano con los deberes hechos.

Según confirman fuentes de Enagás, nuestro país cumple desde el pasado 10 de agosto el objetivo marcado por Bruselas, y refrendado por los Veintisiete, que obliga a las capitales a llenar los almacenes subterráneos hasta al menos el 80% de su capacidad antes del 31 de octubre.

Ignacio Gistau, consultor energético con una amplia trayectoria en el sector gasístico, considera que España está preparada para un corte del suministro por parte del Kremlin: “No tendremos problemas de desabastecimiento, pero sí de precio”. La subida disparatada del precio del gas, ya se puede apreciar en la actualidad.

Pese a no extraer gas en su territorio, las fuertes inversiones en infraestructuras acometidas durante las últimas décadas han permitido a España afrontar la crisis energética con el suministro asegurado y a un precio más competitivo que las economías de su entorno. Nuestro país tiene ‘stock’ para 43 días y medio y se ha convertido en puerta de entrada del hidrocarburo hacia sus vecinos.

Todo hace prever que Madrid logrará adelantarse un año a la segunda parte del plan de la Comisión y llegará al 31 de octubre con las reservas subterráneas al 90%.

 

 

La reserva de gas que posee España y no quiere explotar

Hay bolsas equivalentes al PIB nacional que deberían extraerse por «fracking», según los estudios. Gracias a esta técnica, EE UU nos exporta ahora gas por metaneros.

El fracking es ilegal en España desde hace algo más de un año, tras la aprobación de la Ley contra el Cambio Climático en mayo de 2021. Dicha ley, que solo contó con el voto en contra de un grupo parlamentario, prohibió las “actividades de explotación de hidrocarburos en las que estén previstas la utilización de la fracturación  hidráulica de alto volumen”, es decir el fracking. Se trata de una técnica que consiste en romper el subsuelo para obtener combustibles fósiles.

 

 

En 2014, el Gobierno de Rajoy estimó que había posibilidades reales de obtener ingentes recursos de hidrocarburos por «fracking». Industria tenía sobre la mesa informes que aseguraban que, en un escenario intermedio, España disponía, en el caso del gas natural, de un nivel de recursos de unas 70 veces su demanda anual.

En 2040, el año de mayor producción estimada y de permitirse la explotación, el impacto sobre el PIB de los recursos propios de hidrocarburos equivaldría a unos 44.400 millones de euros, mayor que el de otras actividades como el transporte o el sector primario.

Varios informes respaldaban las tesis del Gobierno. Un estudio realizado por Deloitte para el «lobby» de las compañías de prospección y explotación mediante «fracking» estimaba un escenario base de 2.000 millones de barriles equivalentes de petróleo y 2.500 bcm (miles de millones de metros cúbicos de gas natural). Esas cifras equivalían, en aquel 2014, a esos 70 años de consumo de gas natural, así como unos recursos de petróleo suficientes para cubrir el 20% de las necesidades durante 20 años.

El «lobby» de las compañías de prospección se frotaba las manos con cifras que calificaba de «espectaculares» y calculaba que, todo el gas que albergaba España conforme a una probabilidad de extracción del 50% tenía un valor de 700.000 millones de euros, mientras que el petróleo tiene un valor de 150.000 millones, con lo que España tenía «prácticamente una cifra equivalente al PIB» bajo tierra. Con los precios actuales, esa riqueza sería incluso mayor.

 

Conclusiones

 

Como se puede apreciar hay una clara dependencia, por parte de la UE, del gas proveniente de Rusia y por lo tanto, la distribución del gas está preparada, sobre todo en los años anteriores a la guerra de Ucrania, para que se lleve a cabo partiendo principalmente del gas de Rusia, y eso se puede ver claramente en el primer mapa de este artículo. Pero sobre todo, desde hace dos años atrás se  está haciendo lo posible porque esta situación cambie, algo que obviamente no puede ocurrir de forma instantánea. Necesitará su tiempo y ese tiempo será y está siendo duro, como sufrimos actualmente con los precios del gas, por ejemplo, que está superando récords históricos debido a la citada situación.

Puede que la situación no sea lo suficientemente crítica como para tomar medidas autodestructivas con tal de contener los precios o cubrir la carencia de recursos, más aún si no se han sopesado los distintos caminos que habría para hacerlo, pero llegado el momento, España cuenta con una situación levemente ventajosa con respecto a sus socios europeos si llegaran tiempos de emergencia.

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